17.11.10

En agua dulce

Paso días encerrada, fumando y llenándome el cuerpo de humo mientras deliro en lenguas hitlerianas tendida sobre la cama. Las horas se me hacen demasiado largas y no me llamas, y no te llamo, y sólo pierdo el tiempo. Se me escapan las ideas cuando pienso, por eso me veo en obligación de hablar sin prestar atención a mi cerebro, ya sabes cómo funciona esto. Los pájaros han dejado de cantar. Echo de menos tumbarme en el suelo para congelarme el cuerpo. Sin nada que hacer, ni decir, sólo empapándome de frío y hundiéndome en la tempestad. Quedarme esperando a que una lluvia torrencial llegue hasta mi ventana e inunde mi cabeza para continuar existiendo como un pez herbívoro e indefenso que se olvida de su vida cada poco tiempo. También espero que alguna piraña desaprensiva me devore con saña y acabe con mi desvelo para poder seguir durmiendo.