22.1.10

Paralelismo correlativo.


Es habitual que las noches se le disipen cuando suspira, mirando la escena pasar. Cuando respira profundamente y cierra los ojos para dejar de pensar. En esas noches de calles vacías donde rendirse es siempre mucho más fácil que seguir luchando. Esas noches de cielos cerrados y bares oscuros, de tiriteras sentada en una acera, noches de dejarse atrapar y arrastrar hasta el final de su propio abismo. Precipicio desde donde se diluye con el vago espejismo de lo que en algún momento fue cordura, de lo que en algún momento consideró realidad. Y allí sigue buscando lo que no existe, lo que no hay, ni tiene, ni puede pertenecerle; rompiéndose en pedazos como el silencio sus palabras al escurrirse de sus labios. Sigue buscando para no encontrar. Busca sin querer hallar para torturarse, para avivar su inevitable muerte, para darle sentido a su existencia ausente. Para amanecer desnuda y sedada sin sangre, asilada del desasosiego, fundida en la carne y el deseo voluntarios. Inerme ante su propia locura. Indefensa frente a la ceguera de sentir y no querer hacerlo al mismo tiempo sólo por sentirse viva.


Placebo, Narcoleptic