1.2.10

Diabolus in Musica

Me duele el cuerpo. Me duele el cuerpo de quemarlo con tu piel, de prenderlo con la necesidad por la tristeza, de encenderlo con la locura como atenuante de la realidad. Pero aún así no puedo dejar de alimentarme de esto. Me estoy volviendo vulnerable, frágil en la materia, débil a la carne, presa del deseo que me encierra y me libera al mismo tiempo. Aferrándome a la dulce condena de mi propia voluntad. Amarrándome con la violencia contenida en un suspiro a los despojos de lo que envuelve nuestras almas. Gritándote en silencio que me domines, que me atravieses el espíritu, que lamas mis heridas después. Sujetándome a la estela de tu esencia cerca de mi pensamiento, escurriéndome en las sombras que quizá me atrapen por demasiado tiempo. Así, evadiéndome de las ideas que amargan los sentimientos, implorando que la inestabilidad nos sostenga. Licuándonos, volviéndonos un mar en llamas. Suplicando que la sublime confección de cada momento no remita. Que el tiempo siga deteniéndose, que sigas bebiendo de mis lágrimas reprimidas y de mis ganas de huir. Para que la inarmonía se expanda sin que yo pueda darle alcance y continúe intentando describirla sin conseguirlo.


Mogwai, Killing all the flies