12.9.09

Oda a la medianoche.

Me atrapa el inconfundible sonido del Himno de la Alegría en el peor de los momentos. He olvidado el título de alguna historia insignificante... Puedo sentir cómo la desesperación se me desgasta. Cómo, tras culminar, va perdiendo la razón y me deja a la intemperie, desnuda frente a mis sentimientos y el dolor flotando en el aire, volando entre canales visuales, de unos ojos a otros... Siento cómo la rabia y la impotencia me taladran, me agujerean y atraviesan. Siento cómo me desangro por dentro, sin poder oírlo, ni tocarlo, ni verlo. Sólo lo siento. Y no puedo hacer nada por extinguirlo.
Entonces me levanto y me voy. Con los ojos rojos de lágrimas que no he creído llorar. Me voy para evadirme, entre rostros que me son indiferentes y sonrisas fingidas. Entre felicidad y armonía teatral...