21.4.09

Jack.

Me voy tragando lo que quiero decirte para consumirme en mi desesperación. Me como lo que pienso, engullo mi realidad y te inundo de verdades que son mentira, de tensos silencios y largas miradas que, sin conseguirlo, tratan de esconder eso que tanto me duele. Sigo rompiendo cartas. Te miro y te sonrío. Te sonrío porque estoy rota, porque mis hojas están llenas de tachones y porque una sonrisa triste es lo único que puedo regalarte.
Siento que te voy perdiendo, que no me queda nada de mí, que te necesito siempre, más que nunca, y que últimamente no estás. Siento que me engaño cuando digo que todo tiene sentido. Sé que no es así, sé que no funciona de esta manera. Algo va mal desde hace tiempo y no he podido solucionarlo. Lo siento. Eras tú la única a la que le pertenecían todos mis te quiero. Los sinceros, a gritos, los que son ciertos, en un susurro, los de verdad. Pero voy perdiendo las palabras y olvido sin darme cuenta de no olvidar. Tu ausencia agrava la cordura que me falta y pienso entonces en correr más rápido que el horizonte, en encontrar las respuestas que me llevé, en empezar nuevas historias con palabras transparentes de tinta invisible sobre hojas en blanco.
Soy jodidamente egoísta, pero tú me pediste que esperara, me dijiste que me esperarías y yo te prometí volver. El problema es que no veo la luz, que no apareces, que al final eres tú la que no vuelve.
Y ahora se desintegran universos. No me queda más que existir llena de agujeros, de vacíos que canalizan el sufrimiento hacia mi alrededor, de delirios que me despojan de las carencias, de conexiones pulmonares que me llenan las venas de lo que el mundo se empeña en no darme, de lo que los sueños me arrebatan.

"Y así fue como murió la hormiga."