29.11.10

Deshilándose-me-nos

Se acaba noviembre y yo sólo pido que sea rápido. Que termine para siempre y que no vuelva más, que huya como un asesino inesperado que dispara con silenciador en un callejón oscuro a mediados de un otoño tardío y helado. Eso pido, sólo eso. Indoloro, insípido, como el sabor de los besos que sueño para no desearlos más. Áspero, como la piel que imagino sobre tu cuerpo para arañarme con solo mirarte.
Empaqueto mis ideas y me pierdo en los sentidos, en nuestra nada que lo fue todo y ahora es sólo vacío. Momentánea, necesito que mi muerte dure sólo un segundo para no evocar tus recuerdos si me desvanezco eternamente. Como un suspiro en la nuca que aspire el aroma del ayer o un soplo de viento que revuelva las hojas a los pies. Breve, como tu risa fantasma que ya sólo revolotea en el eco de mi memoria. Corto, como el adiós y las lágrimas perdidas presas del miedo y del no dormir.
Estoy contaminándome de tu halo gris y matándote con mi aura negra. Estamos hundiéndonos en la espiral de humo que sólo nos encadena a vivir muriendo mientras sigue pasando el tiempo. Te echo de menos y lo haré siempre. Infinitamente. Lo sé. Estoy condenada a quererte.