3.9.10

Every planet we reach is dead

Estaba tan cansada que sólo consiguió rascarse los ojos y que se le saliera por la nariz el cerebro al estornudar. Por suerte aún le quedaban pedazos de corazón para almorzar.
Estaba cansada con ese tipo de cansancio que te da sed pero te roba las fuerzas para levantarte y te obliga a morirte sentado y aturdido y sin saber qué hacer por no poder hacer nada.
Cansada, con ese parpadear de ojos lentos repleto de legañas invisibles que están por llegar.
Y su cansancio sólo le permitía pensar en polaroid 600 y en su inquietud sufrida por el fondo blanco. Y pensaba. Pensaba en la luz que entra por las persianas a medio bajar, pensaba en el sonido del mar y las viejas historias por remodelar. Pensaba en dormir, reír y seguir muriendo. Moría hasta que se cruzó la felicidad, que le dio mejores motivos por los que llorar. Pensaba en no dejar de pensar, en la identidad, en vivir de verdad y olvidarse de los demás. 
Agotada, con palabras torpes y sin agilizar, devoraba con avidez sus vísceras sin descongelar.