3.5.09

Again.

Y, encerrada en este cuerpo que no sirve, decido irme. Decido marchar, huyendo sin huir, de esta envoltura muerta de emociones, de esta maraña de carne y huesos que ni palpita ni deja la sangre fluir, sólo la derrama, en las noches de locura desorbitada, donde el pecho se me encoge de la angustia y me arde el alma. Me arranco el alma podrida y aún así no siento nada. Ni el humo perenne, ni las horas eternas, ni las distancias extirpadas conseguirían ahora convencerme de que todo es normal. Sólo me quedan pedazos de lo que fui, de lo que, con esmero, trato de seguir siendo. Pero me pierdo poco a poco mientras me voy. El ácido resbala sin gravedad por mi garganta y escupo de nuevo sal a mis heridas, mientras me voy, descalza y desnuda, sin mente y sin piel.